El mal aliento, también llamado halitosis, es un problema muy común, aunque muchas de las personas que lo presentan no son conscientes de ello, debido a la adaptación de su sentido del olfato. La halitosis puede estar causada por una enfermedad local o una alteración orgánica, que da lugar a la producción de sustancias odoríferas en el aire espirado.

El tabaco, el consumo elevado de café, alcohol o alimentos como el ajo o la cebolla son algunas de las prácticas que contribuyen al mal aliento, así como el ayuno o las dietas bajas en calorías que reducen el flujo salival. También las enfermedades bucodentales como la gingivitis, la periodontitis o la caries pueden ser causa de halitosis.

¿Qué hacer para prevenir el mal aliento?

Diferenciamos la halitosis fisiológica (ej.: que casi todos tenemos al despertar o durante los ayunos prolongados) y la halitosis patológica o crónica (que se da de modo frecuentemente, incluso poco después de comer o lavarse los dientes).

La halitosis patológica es muy difícil de prevenir. El modo de evitarla no es la prevención sino el tratamiento (una vez hemos podido determinar cuál es la causa). La halitosis fisiológica (que en muchos casos está relacionada con los malos hábitos), se puede evitar utilizando distintas estrategias: comer cada cuatro horas; evitar las comidas condimentadas y olorosas; no tomar alcohol y café; evitar el tabaco; las dietas hiperproteicas, las hipocalóricas, las comidas ricas en grasas; beber 1,5 litros de agua al día; evitar respirar por la boca y realizar dos procedimientos fundamentales de higiene oral (el uso de hilo dental y la limpieza de la lengua).

Remedios para el mal aliento

Los remedios caseros pueden marcar una gran diferencia a tu higiene oral con el tiempo, cuando se usan junto con cuidados dentales cotidianos y visitas al dentista. Adopta estos hábitos sencillos, pero eficaces para tratar el mal aliento.

Hidrátate:

beber suficiente agua es uno de los pasos más sencillos que puedes tomar para reducir el mal aliento. Cuando tu boca no tiene suficiente humectación para producir saliva, pueden desarrollarse bacterias que causan olor. Los efectos secundarios de algunos medicamentos, trastornos o enfermedades pueden privarte de la humectación necesaria, pero no beber suficiente agua también puede contribuir a tener la boca seca en personas sanas.

Mantenerse hidratado es importante, particularmente antes y después de hacer ejercicio pesado, cuando la respiración rápida intensifica la boca seca. Aunque es una práctica sana en sí, asegúrate de tomar agua en cuanto te despiertes. La boca seca puede ocurrir mientras duermes, así que hidratarse al despertar te dará ventaja sobre una noche entera de bacterias recolectadas.

Lávate los dientes y usa el hilo dental:

cepillarte los dientes a diario junto con el uso del hilo dental son las acciones más importantes que puedes tomar para combatir el mal aliento. Según la Asociación Dental Americana (ADA), si no te cepillas los dientes ni usas el hilo dental a diario, las partículas de alimentos permanecen en tu boca causando el mal aliento. Así que se recomienda que te cepilles los dientes dos veces al día durante al menos dos minutos.

Actualmente, el uso del hilo dental se ha vuelto una parte integral de la rutina de cuidados orales diarios y la Asociación Dental Americana recomienda que se use el hilo dental al menos dos veces al día. El uso correcto del hilo dental después de cada comida de manera consistente reduce la placa, las bacterias, y las partículas de alimento que causan olor.

Limpia tu lengua:

limpiar la lengua puede disminuir efectivamente los compuestos que causan la halitosis. Estos compuestos se forman en la lengua y en tu boca cuando las bacterias y los aminoácidos se combinan, emitiendo un olor desagradable a azufre. Por eso, limpiar la lengua regularmente es importante para combatir la halitosis.

Come sanamente:

para descubrir cómo quitar el mal aliento, observa lo que comes. Es bien conocido que algunos alimentos como la cebolla cruda o el ajo causan mal aliento. Este tipo de alimentos, al ingerirse y excretarse por los pulmones, causan halitosis. Pero evitar los alimentos ácidos (como el vinagre) o alimentos de alta fructuosa (o cereal azucarado) también disminuye el mal aliento. Tanto los ácidos como los azúcares incrementan la producción de bacterias y el mal aliento.

Revisiones periódicas en tu dentista: no nos cansamos de decirlo. Acudir periódicamente al dentista es fundamental para prevenir y detectar posibles problemas.

El mal aliento puede ser el origen de afecciones más graves y es clave la perspectiva de especialistas como los que contamos en las clínicas Dentix.

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